UN ENCARGO AL PINTOR VILERO MARED FURIÓ

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Crónica nº. 441. Un encargo al pintor vilero Marced Furió

Fue don Ricardo Urrios Pérez quien propuso, y el Ayuntamiento de Villajoyosa aceptó, unánime, que se colocara un retrato al óleo de S. M. Alfonso XIII en el salón de sesiones. Se trataba de sustituir el que había por otro nuevo que se encargaría “al artista de esta población don José Marced Furió”. Era el año 1917. A la sazón, el excelente pintor tenía 28 años de edad, ya que había nacido en 1889, y no en 1896, como en estos últimos años ha quedado demostrado… después de que quien esto escribe alertara a una conocida editorial valenciana de su error en la fecha del nacimiento del artista. (Muchísimos años después de la propuesta de don Ricardo Urrios, que ignoramos si llegó a formalizarse −no consta en actas municipales posteriores−, tuvimos ocasión de contemplar un óleo grande con su firma en una de las estancias del edificio “La Barbera”. Era el retrato de un militar que Marced Furió debió de realizar, creemos, en años de su primera juventud por la inexperiencia que sus pinceles mostraron en ese caso…).

De un catálogo de la Sala Prat de Valencia, que acogió obra de nuestro pintor en 1973, entresacamos algunos párrafos alusivos a su obra: “Marced Furió cursó estudios en Valencia y luego marchó a Barcelona y Madrid, donde siguió perfeccionándose”. “Son innumerables las exposiciones de este insigne maestro desde los años precedentes a la caída de la Monarquía (…) y sus lienzos se encuentran repartidos por diversos países de Europa y América”. Nuestro relevante pintor había expuesto, prodigándose, en toda España… hasta que, en 1962, “efectuó su última exposición en la Sala Prat”. (El documento donde leemos esto y reseñas de otras salas españolas, es la Memoria de Licenciatura que presentó el vilero Pedro Marcet Baldó en la Universidad Politécnica de Valencia. Con su bien conocida amabilidad, él nos proporcionó una copia de la misma ya hace años, y, leída con especial atención, hemos podido comprender la magnitud del artista que fue Marced Furió (firmaba Marced y no Marcet)… cuya existencia, la verdad, ni siquiera conocíamos, como le ocurre a la inmensa mayoría de vileros, que en nuestra ciudad pasan cosas así…(Un ejemplo: Hasta el año 2007 nadie me había hablado de que el también vilero Miguel Corbí García era un excelente pintor (era hiperrealista). Nunca tuve conversación con otros vileros que rozaran ese tema en mis conversaciones con ellos… Miguel solía visitarme en mi despacho de la biblioteca Pública Municipal («Pase sin llamar» tenía yo colgado en el exterior de mi despacho). Venía Miguel a orientar a ciertos aspirantes a pintores, hombres y mujeres, que se reunían en la planta en que estaba la Fonoteca a cargo de Paco Payá…, y se le ocurrió entrar a saludarme: vio que yo andaba con manuscritos del Archivo Histórico Municipal de La Vila…y eso, naturalmente, le llamó la atención, ya que él trabajó muchos años en una notaría vilera…y me descubría «descifrando» textos antiguos caligráficos…, precisamente para estas crónicas. (A un servidor ya lo había «defenestrado» Loli Such Nogueroles, a la sazón concejala ¡de Cultura! del PP vilero, y yo emprendí mis pesquisas en los textos enrevesados de libros que ya he ido nombrando en estos escritos. Miguel y yo charlábamos de su pintura y de abstrusas caligrafías antiguas, etc. Le dije varias veces que nadie nunca me había hablado de su destreza y producción pictórica. «Bueno, decía este artista, aquí en La Vila…»).

Volviendo a mi amigo Pedro Marcet Baldó (que me regaló su «memoria» sobre el pintor Furió, y del que aún es pariente) su trabajo biográfico queda ilustrado con una buena cantidad de fotocopias de trabajos pictóricos del pintor y con recortes de prensa con noticias sobre Marced Furió, así como y entrevistas en periódicos y revistas especializadas de muchas ciudades de España, allí donde expuso. En esa Memoria leemos que la pintura de Furió es un compendio de buen dibujo, como tantos expertos dijeron en su día. (uno de ellos don Carlos Daudén, hiperrealista fenomenal), y muy admirados los entendidos por su maestría en el color y en la elegante ocupación del espacio, cosa que se ve en los portentosos y cálidos interiores, en sus luminosos bodegones y en los suntuosos paisajes. Nos seduce una temática típica de Marced Furió: esos «tibios» interiores de la casa rural valenciana, con bellas mujeres realizando tareas domésticas, cosiendo otras veces o bordando junto a vecinas y amigas reunidas, todas de una belleza cercana y frutal. El varón, cuando aparece, lo hace normalmente en un segundo plano, como observador que irrumpe. Las estancias hogareñas son amplias y bien iluminadas por un ventanal que da al paisaje montaraz o campesino, un ambiente de sosiego alimentado por un muy bien logrado contraluz. (Me lamento de no haber conocido los óleos de paisajes vileros de este pintor. Los trabajos que conocemos por la Memoria referida, y a pesar de ser fotocopias casi malogradas, nos dan idea de las memorables pinturas paisajísticos del Marced Furió. Bodegones, flores e interiores de penumbra con figuras femeninas sobre todo, se suman a los autorretratos del pintor, a retratos de sus hijos, Jaime y José Marced Martín, y, claro, de su esposa. Una galería espléndida y suntuosa firmada por un pintor vilero cuya obra tuvo un eco muy rotundo y celebrado dentro y fuera de España. Villajoyosa puede estar muy orgullosa de este artista, que bien se merece tener dedicada una calle…

(Este cronista dispone de una experiencia propia: la adquisición de un cuadro de este pintor. Esa obra, de dimensiones grandes, y sin enmarcar, la adquirí por 50.000 pesetas para… el patrimonio de Villajoyosa… Lo hice con la idea de que figurase en alguna estancia de la Biblioteca Pública Municipal de La Vila o de sus Casas Consistoriales, pues representa a un estudiante de primeros del siglo XX sentado a una mesa repleta de gruesos volúmenes, enciclopédicos algunos y con un tintero y su pluma muy cerca. Como cronista, me ilusionó poderlo adquirir −había un pretendiente madrileño que pujaba por llevárselo de Villajoyosa− y que el Ayuntamiento me pagara su importe, pero ni siquiera, sabiéndolo los políticos, me llegó ofrecimiento alguno…Tres años después de tenerlo en mi despacho de director de La Casa de la Cultura» me llevé aquella obra a mi casa. Ese cuadro aún tuvo añadidos ciertamente curiosos…con los cuales proyecto escribir una narración larga…).

Añado que el cuadro de don Alfonso XIII que se encargó a nuestro pintor no lo he tenido jamás ante mis ojos…, si es que cuajó la petición y su «respuesta».Y del pintor digo un poquito más: vivió en la capital del Turia en una casa que estaba localizada en la calle «Puig Campana»…

J. Payá Nicolau, Cronista Ofic. de La Vila.

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